domingo, 2 de diciembre de 2012

Desconcierto


No sé bien como explicar porqué aquello era otro universo. La vida allí era un constante vaivén de frenesí, furia, exaltación...eso es lo que era. Era otro universo. Era un universo en el que no había cabida para las palabras porque el embrujo de las emociones que afloraban acaparaba todo el espacio existente.Y todas las fuerzas se conjugaban para que yo siguiera adelante. Sin vacilar, adelante y con paso firme. 
Y yo seguía. No miraba atrás y seguía.  Pero yo... yo ya  no era yo.  Puede que bajo aquella aura de euforia y ansia se intentara resurgir parte de mi ser, no lo sé... Sólo sé que no fue posible, no hasta ahora. 
Y todas las musas se fueron. O estaban allí pero estaban marchitas. No consigo recordarlo... No logro tampoco recordar las palabras que por aquel entonces fueron capaces de embelesarme, de arrebatarme mi sensatez.
Naufragué. No sé muy bien cuándo dejé de ser dueña de mi cuerpo y de mi razón. Ahora miles de imágenes vienen y van como flashes y la llama de la fascinación se aviva de cuando en cuando, pero no motiva a la acción, ya no. 
Sólo siento desconcierto y cierto miedo...
Todos los que quedaron atrás...todos a los que no pude atender durante este pasaje... Todos siguen en mi corazón, aunque mi confusa alma no ilumine lo suficiente como para mostrarme el modo de expresar adecuadamente todo esto...


Las hojas bailan al son del viento. Flotan, acarician, vuelan.. no eligen su dirección. Se dejan llevar. Y bailan, flotan, acarician, vuelan. Luego acaban cayendo, siempre, siempre acaban cayendo. Caen porque el viento no las quiere ya.