miércoles, 2 de febrero de 2011

Sonrisas artificiales




Dijo que ella se había marchado, sin explicacíones, sin un adiós. Fue entonces cuando confesó que aquel dolor le resultaba insoportable, que el mundo se le venía encima, exactamente lo mismo que estaba sintiendo yo en aquel momento. Esperaba que, a continuación, dijera que tenía un plan B o un as guardado bajo la manga, cualquier truco, que sabía cómo salir ileso de aquello; cualquier cosa que también pudiese utilizar yo, pero no. En vez de eso, forzó una sonrisa e ,inmediatamente después, dijo que tenía que marcharse.
Tal vez pensó que ya nos había contado demasiado o quizás temía importunar. Sea como fuere, guardó la fotografía de aquella chica y con paso firme continuó su camino.


Sigue amaneciendo cada día e incluso sigue habiendo puestas de sol. Continúan las sopresas, los paseos a la orilla del mar, las noches de luna llena. El viento sigue siendo libre, continúa soplando a su antojo.

"Y, a pesar de que me parezca hasta mentira, puede que la vida siga..."

2 comentarios:

  1. Y a seguir respirando, que es la mejor forma de devolver el color al mundo gris.

    Arriba Alma!

    ResponderEliminar
  2. ... muito bem urdido relato de um desfecho... pergunto-me como seria a continuação ( caso tenha continuação ) ou o ínício ( se houver memória deste início)...

    ResponderEliminar