sábado, 25 de junio de 2011

Escenarios de confusión y claridad

Las líneas plagiadas y las promesas de felicidad; las descripciones ficticias de la tarde perfecta, del sol que no molestaba, de la luna que no vigilaba, de las rosas que nunca existieron, de los besos comprados....Esas malditas líneas plagiadas… Y más tarde vendrían las actuaciones, en un maldito y perfecto teatro de guiones improvisados.
Con la misma escena repitiéndose noche tras noche, mientras me hacía cada vez más amiga de las falsas ilusiones que se proyectaban en un fondo de silencio. Perdiendo todo dominio de mí misma. Sumergiéndome en mi realidad, tan lejana del mundo exterior…Y conociendo una parte de mí tan fácilmente manipulable… y cuyo único cometido era aliviar la soledad que hacía estragos en mi piel. Y esa parte iba siempre acompañada de la parte animal, la que se guiaba por las más bajas pasiones. Esa parte irracional.
Y las mismas imágenes danzaban día tras día en una espiral de sinsentido cuando la única solución posible no estaba alli, no estaba en esa playa sino en mi interior y lo único que tenía que hacer era escucharme por una vez, escuchar lo que verdaderamente necesitaba.
Al fin y al cabo, no podemos elegir las emociones, pero tenemos la capacidad de gestionarlas.

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