lunes, 22 de agosto de 2011

Callejones solitarios

Aquella noche en la ciudad
se detuvo el tiempo,
grité tu nombre
mientras vagaba
por los callejones solitarios
y no hallé respuesta.
Me perdí el verde de tus ojos,
la textura de tus labios,
y sólo me quedaron las heridas
de aquella batalla que no gané.
Ni siqiuera pude imaginar
lo que sería tenerte entre mis brazos
ni pude descubrirlo
ni puedo soportarlo.
Aquella noche en la ciudad
se detuvo el tiempo
cuando comprendí que
mi vida sólo son cenizas esparcidas
en el dolor de tu recuerdo.

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