jueves, 5 de abril de 2012

No voy a decir que ya me lo dije....



Sabía el riesgo que corría y aun así decidí seguir apostando… y aposté hasta que perdí. ¿Qué otra cosa podía hacer? Pues podría haber salido corriendo, como tantas otras veces, podía haber hecho caso al miedo y haber huido de lo incierto o podía haber reflexionado seriamente... En resumen, podía haber sido menos imprudente, más cautelosa, sí. Sin embargo de ser así ahora estaría, muy probablemente, reprochándome no haberme dejado llevar, no haber aprovechado esa experiencia y mientras tanto seguiría con aquella tristeza y aquel desánimo esperando de alguna forma salir de aquel túnel pero de forma segura. Y de haber sido así, nunca habría aprendido la lección de que no se puede ir por la vida oscilando entre el miedo y el riesgo, que hay que barajar las distintas opciones, considerar minuciosamente las posibilidades de actuación y sobre todo que hay que pensar antes de actuar en lugar de actuar y luego pensar. Si lo hubiera reflexionado, sinceramente no habría seguido con la partida, me habría levantado de la mesa y me habría ido de allí, no sin antes despedirme del otro jugador. Y si hubiera reflexionado incluso antes de que se presentara la posibilidad de huir de la tristeza, si hubiera reflexionado sobre esa tristeza, estoy convencida de que habría conseguido hacer que se evaporase. El pensamiento controla las emociones... conozco bien la teoría, pero es como si nunca recordara que todo puede aplicarse... 
¿Por qué? Porque dejo que la velocidad decida por mí, porque son mis cartas quienes dirigen la partida en lugar de ser mis estrategias las que me ayuden a ganar mis apuestas.  
Pero lo mejor es... que eso puede cambiarse, sí, la teoría va a ser, por primera vez, aplicada.

1 comentario:

  1. Mmm teoría aplicada... eso quiero verlo!

    últimamente no sé ya ni qué teoría aplicar a lo mío xD Cuenta xDD

    Aprovecha que conoces qué teoría aplicar! mua!

    ResponderEliminar